Cuento de lo que sucede mientras tanto.
Recordatorio I
¿Cómo luce el cosante?
Lo último
Qué sucede cuando no reconocemos lo que hay dentro de nuestros cajones
Cuando el pasado amontonado y desdoblado nos molesta
¿Cómo quemar las cartas y las cicatrices?
¿Cómo volver a nacer?¿Dónde se ordenan las vírgenes inmaculadas?
Lo último es rechazar todo, volverse alérgico al aire y a los alientos
Vomitar los standards y nuestros brazos
Recortarnos las pestañas y cruzar las siluetas con líneas punteadas
Volverme tan inhumano que la próxima vez que me veas
Sea en prosa.
Scientia
Indudablemente la ciencia es la descripcion, o mejor dicho, la mejor descripción que el hombre puede maquinar del universo, sabemos que nos proporciona modelos y no la verdad absoluta, que es practicamente imposible de obtener en la mayoria de los casos. Por lo tanto la ciencia es una verdad provicional fundamentada en afirmaciones de la misma naturaleza, fruto del estudio y la reflexión de algún estudioso. Tomando en cuenta lo anterior: ¿Por qué debemos confiar en lo que nos dice la ciencia? Existen dos puntos principales para llegar a la respuesta, que es muy simple: Las conclusiones generadas por los cientificos son resultado de su pensamiento racional y ordenado y logran proyectar el comportamiento de la naturaleza. Además las explicaciones deben estar formuladas y ordenadas de manera que cualquier persona las pueda entender, para que este conocimiento sea en verdad comprobable y aplicable y no se pierda en los archivos.
Miguel Fernando Romero Gutiérrez
Hastalopitecus
Abro primero los ojos, pero para despertar en el pensamiento tardo unos momentos; en ese lapso todo parece más simple, el techo, la ventana, no tienen nombre. Salgo a la calle y en seguida enderezo mi postura, me guio con el olfato, con movimientos toscos en pequeños pasos que bien pueden parecer tropiezos, mientras conservo las manos en las bolsas de la chaqueta para evitar el movimiento pendular o peor aún agitar los brazos en lo alto. Miro los vestigios de árboles a los que me cuesta trabajo evitar treparme sin embargo el subir al camión de un brinco apoyado por un tubo me tranquiliza. En seguida enderezo mi postura y miro al resto de los pasajeros, cuando me siento seguro avanzo, siempre sujeto al tubo horizontal, fascinado por las imágenes en movimiento, los balbuceos y las luces de los semáforos.
¿Somos realmente conscientes del tiempo?
Duda.
Te vestiste, otra vez, con la prisa en cada agujeta
Por supuesto no me puedo quejar
Quisiste ahorrarme protocolos obsoletos, decadentes
"El amor es lo que cuenta" pensaste que pensé.
Te fuiste ligera sin consolar mis dudas
Yo me quedé pensando:
pues cuando no hay amor
¿Cuál es el mejor momento para hablar de la cuenta?
De cuando Dios habló con Rubén.
Nunca supo con certeza la hora que enmarcó el extraño evento, ni siquiera estuvo seguro de si avanzaron los segundos o todo sucedió en un instante atemporal. De escenario había una mesa, un banco y una ventana (y todo lo que hay detrás de las ventanas):
- No diré nada porque estoy solo y si empiezo a hablar solo la gente pensará que estoy loco.- Pensó.
[De pronto el aire se torna transparente].
Dios. [Sin presentarse físicamente, sólo se escucha su voz].
- Rubén… Rubén, atiende, te habla Dios.-
Rubén. - ¿Dios? ¿En serio? ¡Dios mío! ¿En serio eres tú?-
Dios. - Sí.-
Rubén. - No lo creo. Qué honor, dime Dios, ¿Qué dios eres?-
Dios. – Soy el único y eterno.-
Rubén. - ¿Quién te reza?-
Dios. – Los que no me dan nombre, ni historia ni silueta.-
Rubén. – Dices que eres único pero ¿Eres uno?-
Dios. – No tengo cantidad ni atributo que puedas entender.-
Rubén. – Pero dime, me hablas con un fin…-
Dios. – Me preocupa, Rubén, lo que haces, lo que piensas, el camino que has dejado, las virtudes que has despreciado, el abandono que me debes. Piensas en conquistar los reinos humanos que ningún valor tienen; quieres inmortalizarte con materia que seduce los sentidos, elementos efímeros; has incluso llegado a pensar que tu prójimo es prescindible, que el ganado no es más que carne. Te has perdido entre lo que hueles y lo que ves, olvidando lo que es importante, lo que te nutre además de la materia. Has hecho tu bandera con imperios caídos, el placer, las horas, lo brillante. Estás tan ciego por buscar la luz para leer, tan sordo por dividir el sonido en do y en si, tan muerto que buscas la vida en el coito. Has rechazado lo que represento y has tomado como doctrina lo que llamas selección natural…
[Silencio]
…Rubén… Rubén, ¿Me oyes? ... Rubén… ¡Contesta! Te lo ordeno…-