Te vestiste, otra vez, con la prisa en cada agujeta
Por supuesto no me puedo quejar
Quisiste ahorrarme protocolos obsoletos, decadentes
"El amor es lo que cuenta" pensaste que pensé.
Te fuiste ligera sin consolar mis dudas
Yo me quedé pensando:
pues cuando no hay amor
¿Cuál es el mejor momento para hablar de la cuenta?
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